Encuesta sobre aspectos didácticos del cursado no presencial en las carreras de grado de Arquitectura y Diseño Industrial
Mayo 2020
La emergencia sanitaria nos ha impuesto la necesidad de reemplazar temporalmente el cursado tradicional, de modalidad presencial, por el formato no presencial, mediado por tecnologías telemáticas. Ni la carrera de Arquitectura ni la de Diseño Industrial fueron diseñadas para esta modalidad. Tampoco hubo tiempo de prever que en el término de 15 días íbamos a tener que adaptarnos a la misma. Ni los docentes ni los estudiantes. Para todos, esto ha sido un desafío, pero a la vez un trauma. No obstante, la reacción fue rápida y eficaz. El 1 de abril las clases se iniciaron en prácticamente todas las asignaturas de grado, con heterogeneidad, sin duda, pero también debemos asumir que la heterogeneidad es una cualidad de nuestra carrera, y que la libre elección de cátedras se funda precisamente en ella, y que el modo no presencial no hace sino reproducir lo que ya existe en el modo presencial.
Tras haber transcurrido un tiempo prudencial, decidimos medir la percepción que tienen los estudiantes del cursado virtual. Para ello, el instrumento empleado fue una encuesta online, anónima y voluntaria, con un cuestionario de 10 preguntas, con variables dicotómicas y politómicas.
La encuesta se publicó a través de las redes sociales y los canales institucionales que emplea la Dirección de Comunicación el lunes 4 de mayo, y se cerró el jueves 7 a las 23.59 hs. Se registraron 473 respuestas, con los siguientes resultados:
Los porcentajes de respuestas corresponden 84,8% a la carrera de Arquitectura y 15,2% a la Licenciatura en Diseño Industrial. Si tomamos en cuenta las matriculaciones activas en cada carrera, los porcentajes de respuesta son aproximadamente iguales: Diseño Industrial 17% y Arquitectura menor a 13,5%.
El 55% de los estudiantes cursa 5 o más asignaturas. Se debe tener en cuenta que en la encuesta no se discriminó entre asignaturas obligatorias y optativas, y a la fecha de la encuesta se estaban cursando 13 asignaturas optativas con 1,142 inscriptos. Un 11,6% cursa 4 asignaturas. Un 13,5% cursa 3 asignaturas. En este caso, poco más de la mitad de las respuestas corresponde a estudiantes que cursan la cantidad de asignaturas anuales o semestrales de las dos carreras, en tanto el 45% restante está por debajo de la media.
El entorno virtual más utilizado (81,4%) es Moodle, tanto el provisto por la FAPyD como el del Campus Virtual UNR. Le sigue Google Classroom con 8,2%.
La aplicación de videoconferencia más utilizada –no solo en el ámbito universitario sino en muchos otros de la vida en cuarentena, es Zoom (81,4%). Sobre esta aplicación, la Secretaría Académica y la Dirección de Informática oportunamente advirtieron de los problemas de seguridad que tiene, ya que la misma no fue diseñada para usos educativos, y el crecimiento exponencial de su uso la ha debilitado aún más.
Preguntados sobre la preferencia de uso, el 38,3% prefiere usar Google Meet, un porcentaje apenas superior al que declara preferir Zoom (37,3%). La FAPyD implementó a partir del mes de mayo el empleo de cuentas Google Suite exclusivas para las cátedras para videoconferencias. A la fecha, 30 de las 54 cátedras de la FAPyD han solicitado su asignación para emplearlas en reemplazo de Zoom.
La didáctica en modo no presencial es completamente diferente, y la adaptación de los cursos concebidos para el modo presencial demanda tiempo y esfuerzo. Los niveles de exigencia, que en esta encuesta y en otras similares efectuadas en otras unidades académicas de la UNR, arrojan resultados equivalentes, están mostrando que los niveles de exigencia se perciben mayores. Esto amerita un análisis, ya que hay dos razones fundamentales que condicionan la percepción de los estudiantes. Así como los docentes perciben que están trabajando más horas que en el modo presencial, para adaptar y llevar adelante las cursadas no presenciales, los estudiantes enfrentan la doble dificultad del propio aprendizaje y de la mediación telemática, lo que determina en ambos casos una percepción de mayor nivel de exigencia. También es posible que en algunos casos, el temor a no garantizar la transmisión de los contenidos mínimos haya llevado a algunos docentes a sobre exigir a los estudiantes. Este es un aspecto sobre el que se está trabajando.
El 67% de los estudiantes considera que el modo no presencial no es mejor que el presencial. Esto revela, por una parte, que al modo no presencial le falta evolucionar para poder igualar, al menos, al modo presencial, y por otra parte una habitualidad a este último, que impide esa misma evolución.
Se ha dicho muchas veces que la deficitaria conectividad a internet es el mayor problema que tienen los docentes y los estudiantes. La encuesta demuestra que hay otros problemas, no discriminados, que tienen que ver con situaciones sociales, económicas, psíquicas, cognitivas, que impiden o dificultan la enseñanza y el aprendizaje no presencial. Entre esos problemas, que no son técnicos, aparece la creencia de que los estudiantes tienen más tiempo para dedicar a una asignatura determinada, olvidando que, además de que cursa otras asignaturas, tiene que hacerse cargo de tareas u obligaciones que tal vez, antes no tenía. En cierto modo, esto no es nuevo, sino que se reproducen fenómenos de la modalidad presencial.
Para corroborar este último dato, resultaba pertinente conocer la situación de los estudiantes durante la cuarentena, y si bien el porcentaje más alto (80,8%) está con su familia, casi un 20% está solo. Esto no implica un juicio de valor, porque en sí mismo ninguna situación es de por sí mejor que la otra, pero un estudio más detallado de ese segmento podría revelar si tiene o no un vínculo con los resultados de la pregunta N°9.
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