Este día, instaurado por la Ley Nacional 26.811 de 2013, se adoptó en memoria del asesinato de parte de efectivos de la policía bonaerense de Oscar Arades, Roberto Argarañaz y Agustín Olivera, en el barrio Ingeniero Budge, de la Provincia de Buenos Aires, 1987. La conmoción fue tal que movilizó al barrio para que el caso no quedara impune. La ejecución de los tres amigos popularizó la expresión “gatillo fácil” para identificar un asesinato cometido por personal de las fuerzas de seguridad.
La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación elaboró el manual Derechos Humanos frente a la Violencia Institucional, ya que muchas de las prácticas institucionales violentas han sido naturalizadas y no suelen ser identificadas como abusos de poder. Son visibilizadas como facultades «normales» y hasta «permitidas». Una de las formas en las que este tipo de violencia se manifiesta es precisamente a través de las fuerzas de seguridad que concentran el poder punitivo del Estado.
Seguiremos exigiendo que no existan hechos de Violencia Institucional de ningún tipo. También exigimos justicia completa ante los casos de violencia extrema de las fuerzas de seguridad, que se siguen cobrando las vidas de jóvenes como Franco Casco detenido ilegalmente en la comisaría 7ma en 2014 y encontrado 24 días después sin vida en el Río Paraná.
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