El 15 de marzo de 1994 se aprobó una ley que estableció la supresión de barreras físicas en los ámbitos urbanos y en el transporte para lograr accesibilidad para las personas con movilidad reducida.
Como arquitectes y diseñadores debemos sensibilizarnos y pensar proyectos que promuevan la inclusividad urbana y arquitectónica reflexionando sobre los destinatarios y sus necesidades como requisito indispensable del proceso.
El libre movimiento y acceso es un derecho y si determinadas personas no pueden ejercerlo con libertad quiere decir que no está pensado para todes.
Es hora de cambiar el paradigma y contribuir con la formación de profesionales que se integren al medio conscientes de las necesidades y derechos de les destinataries que van a usar y disfrutar así como los espacios, edificios y mobiliarios por ellos diseñados.
Mar
14
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